10 de enero de 2013

El olor de los libros


Cuando compras un libro nuevo y pasas las hojas, muchas veces notas su olor. Para mi no es un olor desagradable.

Cuando estoy sola, mientras escucho el silencio, concentrada mientras leo, paso las hojas y me viene ese olor a nuevo. Parece el olor de un periódico, pero al ser un libro lo noto algo diferente. Es un olor que me relaja. Inconscientemente cierro los ojos y parece que esté introduciendo cada una de las letras que contiene el libro que tengo entre manos dentro de mi cuerpo. Podría ser por eso que a mucha gente le aburre leer. No sólo porque un libro contenga demasiada letra, sino por el olor. Es un olor tan relajante que a veces hasta puede aburrirte (o dormirte).

Con los libros viejos o usados también pasa lo mismo, sólo que éstos tienen un olor más seco. El tiempo los desgasta y pierden un poco de vida, aunque eso no quiere decir que no sean interesantes.

Este olor me pareció interesante, porque desde mi punto de vista no mucha gente se fija.

Pienso que hay olores muy comunes, como por ejemplo el de la comida a la hora de comer. Tu estómago está tan vacío que percibe el olor de la comida enseguida. Sea un potaje o una tortilla de patatas, pero ¿cuándo percibe uno el olor de un libro? Quizá estamos tan acostumbrados a oler los libros de la escuela que ni siquiera nos damos cuenta del olor de un libro.

¿A qué huele un libro? ¿A alegría? ¿ A tristeza? ¿A amor?
Quién sabe. Es un olor olvidado.

*Este escrito es en realidad una redacción que hice en el instituto para una asignatura optativa en la que nos pidieron escribir sobre un olor. Ya tiene seis años.

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