Cuando compras un libro nuevo y pasas las
hojas, muchas veces notas su olor. Para mi no es un olor desagradable.
Cuando estoy sola, mientras escucho el
silencio, concentrada mientras leo, paso las hojas y me viene ese olor a nuevo.
Parece el olor de un periódico, pero al ser un libro lo noto algo diferente. Es
un olor que me relaja. Inconscientemente cierro los ojos y parece que esté
introduciendo cada una de las letras que contiene el libro que tengo entre
manos dentro de mi cuerpo. Podría ser por eso que a mucha gente le aburre leer.
No sólo porque un libro contenga demasiada letra, sino por el olor. Es un olor
tan relajante que a veces hasta puede aburrirte (o dormirte).
Con los libros viejos o usados también pasa
lo mismo, sólo que éstos tienen un olor más seco. El tiempo los desgasta y
pierden un poco de vida, aunque eso no quiere decir que no sean interesantes.
Este olor me pareció interesante, porque
desde mi punto de vista no mucha gente se fija.
Pienso que hay olores muy comunes, como por
ejemplo el de la comida a la hora de comer. Tu estómago está tan vacío que
percibe el olor de la comida enseguida. Sea un potaje o una tortilla de
patatas, pero ¿cuándo percibe uno el olor de un libro? Quizá estamos tan
acostumbrados a oler los libros de la escuela que ni siquiera nos damos cuenta
del olor de un libro.
¿A qué huele un libro? ¿A alegría? ¿ A
tristeza? ¿A amor?
Quién sabe. Es un olor olvidado.
*Este escrito es en realidad una redacción que hice en el instituto para una asignatura optativa en la que nos pidieron escribir sobre un olor. Ya tiene seis años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario