2 de febrero de 2011

Inicios en el coreano

¡Saludos a todos!

Después de un mes, vengo con noticias frescas sobre mi ya no tan rutinaria vida.
Como ya dije en mi primera entrada, en estos momentos estudio un ciclo de grado superior de Educación Infantil. Así pues, dedico mis mañanas a asistir a clase (o, dicho de una manera más peculiar y graciosa, a no quedarme dormida y llegar a tiempo) y las tardes a cosas varias como pasar apuntes, jugar a FF XIII en mi nueva PS3, dar clases de matemáticas a mi prima, hacer trabajos… entre otras cosas.

Eso es, en resumen, a lo que me dedico a diario. Sin embargo, desde hace ya unos meses me planteé estudiar un idioma. Siempre quise mejorar mi inglés o estudiar japonés (sueño de muchos, al igual que ir a Japón) y, por eso, envié la preinscripción en septiembre para entrar en la E.O.I. (Escuela Oficial de Idiomas). Este era el camino más corto y a la vez el más barato, pero no conseguí entrar, así que decidí llenar mis tardes con otras cosas y dedicarme al módulo 100%. Podría haberme apuntado a una academia para estudiar estos idiomas, pero decidí descartar la idea porque eran demasiado caras.

Al principio la rutina no iba mal, pero aún así seguía teniendo un vacio que no se acababa de llenar.

Dicho esto, rememoraré lo sucedido hace aproximadamente un año:
Mireia, amiga mía desde mis once años, me pasó un video musical de Brown Eyed Girls. Unas coreanas muy monas cuyas canciones me gustaron mucho. A raíz de ahí, viendo que el grupo coreano me gustó bastante, me fue informando y pasando más canciones de otros grupos como Epik High y Big Bang. Por mi parte también fui indagando y encontrando otros grupos como SNSD (o Girl’s Generation), Super Junior, 4Minute, SHINee y los descubiertos en los últimos meses MBLAQ, Teen Top y Co-Ed School.
Podría decir, pues, que la música coreana me gusta mucho más que la japonesa por el simple hecho de que el género musical que más me gusta es el pop-techno (más techno que pop). Eso no quiere decir que desprecie otros géneros musicales como el Rock, Instrumentales, entre otros, ni mucho menos. Simplemente, soy más cañera y éste es, lo que se diría, mi preferido.
A partir de eso un día decidí leer alguna letra de alguna canción coreana… y fue entonces cuando “flipé en colores” que se suele decir.
¿Por qué? Diréis. Pues porque lo que oís no tiene nada que ver con lo que leéis.
Al contrario que con el japonés, la pronunciación es bastante distinta. Podríamos decir que se asemeja al inglés, pero más complicado aún. Además, el simple hecho de entonar de una u otra manera puede cambiar las palabras completamente.

En resumidas cuentas, empecé a interesarme por este idioma por dos motivos:
En primer lugar, por la música y, en segundo lugar, por su complicada pronunciación.
El segundo es más importante que el primero, aunque el primero fue el que me motivó. El hecho de que no supiese pronunciar era un factor clave que no me permitía estudiar por mi sola el idioma (ya que estudiar la gramática o vocabulario es “medianamente” fácil, pero, en cambio, con la expresión oral no hay tu tía).

Tiempo después, hablando con Joan (otro amigo mío de hace años), me comentó que había estudiado coreano e incluso que había ido a corea.

Con todas estas cosas, mi interés llegó al grado máximo y le pregunté dónde podía estudiar el idioma. De ahí surgió una oferta inigualable y maravillosa: estudiar coreano los sábados por la mañana, de 10 a 13.30 aproximadamente, con descansos incluidos, por 35€ al mes. Además, el colegio donde se enseña dicho idioma está plagado de coreanos y coreanas o mestizos de todas las edades (niños y niñas, de 5 a 10 años, de 15 o 16, y los profesores o adultos que pululan por ahí que tendrán unos 30). O sea, una ganga. Un regalo.

Y eso es lo que hago cada sábado y cuando tengo tiempo entre semana: estudiar coreano.
Poco a poco iré informándome de cosas culturales y gastronómicas, pero ahora os dejo mis primeras fotocopias de mi primera clase:



Esto no creo ni que llegue a ser la base de la lengua coreana, pero por algo se empieza.

La primera hoja son las vocales (a, ya, o, yo, o, yo –hay dos o’s-, u, yu, y dos i’es que se pronuncian diferente). Faltan las e’s – ye’s, que se consideran diptongos.
La siguiente fotocopia son las consonantes, las que en un mismo símbolo pueden ser G o K (en coreano no sería ni una ni otra, sino el intermedio), R o L, P o B, T o D, N, S, J, CH, etc. (no están en orden) y hay de tres tipos: las normales, las aspiradas y las dobles.
La última fotocopia son diferentes combinaciones de vocales con consonantes.

¿¡Qué os parece?!
A mí me encanta. Puede que vosotros lo veáis una chorrada o, como dice mi padre, de poca o nula utilidad. Sin embargo, opino que todos los idiomas pueden ser útiles en algo. Aún con todo esto, lo más importante es que te guste y tengas ganas para aprenderlo. Imponerte algo tan importante como aprender no sirve de nada.

Con esto ya tengo para llenar mi vacío mental. Y la verdad es que me va muy bien, más sabiendo que en un futuro, esperemos no muy lejano, podré hablar mínimamente con algún coreano/a.

¡Eso es todo!
Lo dejo por hoy, que entre unas cosas y otras no he estudiado nada para el examen de mañana.

Annyeong~!