7 de noviembre de 2010

Amor. Enamorarse

Lectores y lectoras de este blog, tengo una pregunta: ¿Qué es el Amor?

Seguro que todos nos lo hemos preguntado alguna vez. No tiene una definición exacta, como muchas otras cosas, ni tampoco existe un “único” amor.

Existe el amor paternal, el amor hacia un hermano o hermana, el amor hacia los amigos (nunca lo llamamos así, pero siempre decimos que les queremos), el amor especial por una única persona, el amor a primera vista, el amor incondicional, el amor platónico…

¿Cómo sabemos cuándo estamos enamorados? No se sabe hasta que no se vive, que no experimentar. Es posible experimentar el amor, estar enamorado o enamorada y ocurrir que, por desgracia, tu relación se rompa y tengas que empezar de nuevo. Podemos pensar: bueno, ahora que ya he experimentado lo que es estar enamorado y querer a alguien, si veo a una persona, me gusta y la conozco, sabré si estoy enamorado/a o no. Lamentablemente, no es así.

¡Pues menudo chasco!- diréis.

Os equivocáis. Eso es lo bonito, precisamente, de volverse a enamorar. Es maravillosa la sensación de volver a sentir ese extraño hormigueo que recorre tu cuerpo. Sentir las mariposas en el estómago. Clavar tus ojos sobre esa persona y no querer dejar de mirarle o mirarla nunca… Pero, al igual que maravilloso, es, también, desesperante  cosas como los momentos de nerviosismo, de no saber qué decir. Las preguntas internas infinitas como “¿Qué piensa?” “¿me ha mirado?” “¿le gusto?” “¿Por qué no me habla?” “¿Le/la estaré molestando?” “Dios, ¿me estoy emparanoyando?”. El no poder quitártelo o quitártela de la cabeza. El no poder dormir por ello…

En mi opinión, esto puede ocurrir tanto acabando de conocer a una persona, como meses después o como años después de haber sido amigos o amigas. Cuando surgen todas estas emociones, sensaciones, sentimientos, dudas, preguntas… es el momento de intentar mantener la cabeza fría. Ser pacientes. Observar. Es difícil, ya que es el momento en el que quieres lanzarte a sus brazos o besarle/a  o cometer alguna que otra locura/estupidez. Sin embargo, si sentimos todo esto y esperamos (dependiendo de la persona más o menos tiempo –no valen 2 días) y resulta que no hay cambio alguno. Que sentimos que queremos estar con esa persona pase lo que pase. Que queremos compartir experiencias con ella, conocerle/a mejor que nadie… Es ahí. Es el punto culminante.

“- Las cosas siempre saben mejor cuando están calientes.
- ¿Incluso si eso significa quemarse?”

No recuerdo dónde he leído esta cita. Es posible que de algún manga, pero… Sí. Incluso si eso significa quemarse. Porque…“Qui no arrisca no pisca”. Sin embargo, hay que saber diferenciar entre “caliente” y “precipitarse”. Creo que las cosas pueden continuar suficientemente calientes como para quemarse sin que uno se haya precipitado. Normalmente, cuando nos precipitamos, las cosas no suelen salir bien. Aunque, por mucho que nos pese después, a veces es inevitable…

Quiero enamorarme. Quiero verle y decir “es él”. Quiero conocerle y darle lo mejor de mí. Darle el cariño que nadie le ha dado y el que no he podido dar. Demostrarle que le quiero, mimarle. Cuidarle. Mirarle con dulzura. Abrazarle…

So if you’re lonely, you know I’m here waiting for you.


Nota: Es tan complicado todo lo relacionado con el amor que ahora mismo la cabeza me da vueltas. Lo tengo todo dentro hecho un lío. Un caos. Y cuando buscas respuestas al sinfín de preguntas, hay miles. Pero cuando buscas soluciones, ¿Cuántas hay?...

La solución no la tienes tú, sino la persona con la que te arriesgas.
Actuar, arriesgarse… esa es la  única solución.
O decides…o decide. ¿Qué prefieres?


2 comentarios:

Unknown dijo...

Buena entrada. Lástima no haberlo vivido como para poder comentar algo al respecto.

Por cierto, el añadido de las citas ha estado muy bien.

Taty dijo...

Me encanta esta entrada. Expresas muy bien este sentimiento caótico que algunos llaman amor.

PD: Me gusta mucho la cita sobre la metáfora de precipitarse.

Hasta otra!